lunes, 22 de octubre de 2012

Viajes de mierda

Hoy voy a dedicar una entrada a mis dos peores viajes, entre los que hago siempre que puedo todos los fines de semana. En la mayoría de los viajes, tengo algún que otro problema, y el de anoche no fue una excepción.

Al principio del viaje no tuvimos problemas, llovía y los relámpagos (muchos) iluminaban todo el campo, hasta que en un momento del viaje, la tormenta era tan fuerte que se empezó a filtrar agua que empezó a mojar a las personas, prácticamente llovía dentro del colectivo. Varios se tuvieron que parar y viajar en el pasillo porque era insoportable que un hilo de agua te llueva en la cabeza. Llevar un paraguas no hubiese sido mala idea, porque más de uno terminó empapado (en especial los que iban dormidos, esos sufrieron lo peor). Estábamos viajando en pésimas condiciones, pero alguien bajó a preguntarle algo a los choferes y resulta que ellos también tenían varios agujeros en el parabrisas por donde entraba agua y pegaba directamente donde estaban los tipos. Que laburo de mierda, me apiado por los pobres tipos que hacían lo posible para llevar a 60 personas hacia Rosario, mientras se empapaban entre una tormenta eléctrica bastante grande. Los admiro por la facilidad que tienen para manejar semejante bloque por las ciudades.
En el pasillo ya estaba disponible el Ski acuático, o Surf, pero no estaba de ánimo en esos momentos.

Lo más trágico fue cuando estábamos cerca de entrar en Rosario. Faltaban pocos kilómetros y de repente fuimos reduciendo la marcha, hasta ir a paso de hombre. Resultó que se había mojado el motor y no aceleraba. Y así estuvimos, mojados, con goteras y más lentos que esas viejitas que no te dejan pasar cuando vas caminando, por un largo rato, hasta que de repente, entre algún que otro tirón, pudimos avanzar. Un colgado gritó "Bravo!", otro salame se puso a aplaudir esperando que el resto de la tripulación lo acompañe. Por suerte nadie lo acompañó y quedó colgadísimo. Al fin,  llegamos a la terminal y una cola de 400 mts. nos esperaba para recibir un puto taxi. No me vuelvo en colectivo porque me deja bastante lejos y tengo muy pocas ganas de caminar a la 1:30 a.m. algunas cuadras que parecen ser eternas.

Lo que parecía ser un viaje, terminó siendo una recreación de El Arca de Noé. El lado positivo es que.... Bueno, no, no hay lado positivo, simplemente llegamos, empapados y pasando un momento de mierda.

En otro viaje, llegué y el flaco de la boletería se confundió y nos vendió (a mí y a otras 15 personas) pasajes para un colectivo que no tenía tal capacidad de pasajeros. Cuando llegó, obviamente no nos dejaron subir, volvimos, a las puteadas y el tipo nos dice "les devolvemos la plata o se vuelven a las 6", cuatro horas más tarde. Le pedí el dinero y fui a otra empresa, que tenía el próximo colectivo dos horas más tarde.
Al fin, cuando me subí al colectivo, después de haber matado el tiempo echados al sol tomando algo con unos amigos, subimos y estuvimos viajando dos horas. ¿Qué pudo pasarme? Sí. El otro colectivo se rompió, en el medio de la ruta, y tuvimos que esperar una hora más. Ese día, tardé 6 horas en llegar, mientras que, si no ocurre nada, tardo 3. Cada día que pasa pienso que, o estoy meado por un Terodáctilo, o los  servicios andan muy para el orto, varias veces se se rompió el colectivo y tuvimos que esperar que llegue otro al rescate de los 60 boludos que quieren llegar a sus casas.


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